Con estos trucos de nutricionista reducirás más de 300 calorías al día sin enterarte

Por mucho que en la teoría nos propongamos comer sano todo el año, la práctica es bien distinta. El verano ya está aquí y muchos intentan en pocos días arreglar los errores que han cometido el resto del año, y si bien los métodos milagro no sirven para nada, en cuanto a reeducación más vale tarde que nunca. Si cambias el chip tanto a la hora de llenar tu nevera como de comer, poco a poco y sin darte cuenta notarás los resultados.

La cuestión es, ¿por dónde empezar?  Os cuento que se trata de un proceso progresivo que al principio puede resultar algo duro, pero que al cabo de unas 3 ó 4 semanas -y con un poco de paciencia- le cogeremos el gusto y ya no habrá quien nos pare.

«El proceso empieza por llenar la despensa con soluciones que a priori parecen fáciles de cocinar y que no son más que alimentos ultraprocesados que apenas aportan nutrientes. Para el picoteo no hay nada mejor que las frutas, frutos secos o unas lonchas de pavo (natural, no es fiambre ya que este último contiene conservantes y azúcares añadidos entre otras sustancias)», explica.

Añade también que la mesa es un momento crucial para determinar si nos ‘portaremos bien’, ya que en muchas ocasiones nos pierden las prisas y la ansiedad’. Hay varios trucos que no fallan y con los que puedes reducir la ingesta de calorías notablemente. Como consecuencia y sin que te des cuenta habrás podido perder hasta dos kilos en un mes sin haber hecho prácticamente nada especial. Por difícil que pueda parecer, no se trata de complicados rituales ni costosos tratamientos, es mucho más fácil que eso y te lo resumo a continuación.

Si introduces estos cambios de forma paulatina, tendrás resultados asegurados.

Unos tips infalibles

  1. Utiliza un plato pequeño: comer con los ojos es uno de los mayores errores, y una vez que se llena el plato, independientemente del tamaño que sea, la mayoría tiende a dejarlo vacío. Si utilizas uno de menor tamaño tu subconsciente pensará que hay la misma comida y te llenarás con menos cantidad. Haz la prueba.
  2. En lugar de pan recurre a crudités: mucha gente recurre al pan para ‘empujar’ sin ser pensar en la de calorías vacías que ingiere. Si necesitas algo para acompañar y añadir una extra de sabor sustitúyelo por zanahoria o apio cortado en tiras. Mucho más saludable y apenas sin calorías.
  3. Bebe un vaso de agua antes de las comidas: además de llenarte el estómago, te ayudará a reducir la ansiedad.
  4. Cuando tengas antojo de dulce, una infusión:en lugar de recurrir a los bollos o chocolate alíate con las infusiones. Están llenas de propiedades y las puedes encontrar en infinidad de sabores.
  5. En las terrazas, agua con gas:perfecta para ayudar en las digestiones y muy saciante. Si aplicamos la teoría de las infusiones anterior al terraceo también puedes tomarlas con hielo -de lo más refrescantes-, o incluso kombucha o yerba mate. Incluso tu cutis se verá más sano y bonito.
  6. Fruta entre horas:es el snack perfecto, al igual que el pavo, los frutos secos y otras alternativas como por ejemplo los edamames (una vez que los pruebes te vas a enganchar).
  7. La fruta, mejor entera que en zumos: y hablando de fruta, aconsejo tomarla en piezas y no en zumos ya que cuando las exprimimos se pierden muchas de sus propiedades y vitaminas presentes en la cáscara y además utilizamos mayor cantidad que si las tomamos solas.
  8. Cena antes de las 8: numerosos estudios científicos lo demuestran, cenar pronto además de propiciar un buen descanso, favorece el adelgazamiento. ¿La razón? Muy sencilla. Tienes varias horas de margen antes de irte a la cama de quemar lo que has comido.
  9. Duerme bien: otra de las responsables del hambre voraz es el cansancio. Nuestros ritmos circadianos si no descansamos lo suficiente se alteran y como consecuencia propician las ganas de comer. Como ves es todo un círculo vicioso.
  10. Canela y vainilla para endulzar: si has decidido prescindir del azúcar os recomiendo añadirlos como sustitutos. No engordan y añaden un toque muy atractivo a los alimentos.
  11. En lugar de chips, palomitas: ¿no te puedes resistir a darte un capricho? Aunque vayas a pecar no significa que debas hacerlo de malas maneras. Cambia las patatas por palomitas al horno y sin mantequillas ni aceites, además de riquísimas apenas tienen calorías y son muy saciantes.
  12. El brócoli y el calabacín, la nueva pasta:parece que está de moda eso de encontrar sustitutos, pero lo cierto es que tanto uno como otro sirven como alternativa a la pasta y el arroz. Cuando los pruebes, no querrás otra cosa.
  13. Apunta lo que comes: otro de los métodos más aconsejados por los nutricionistas es hacer un listado con todo lo que ingerimos a lo largo del día, de este modo serás más consciente de las cantidades y los errores que cometes.
  14. Cambia las proporciones: todo es cuestión de perspectiva, en tu plato comprueba que haya un 50% de verduras, 30% de proteínas y 20% de hidratos. ¡Notarás la diferencia.
  15. Aplica el mindfulness: o lo que es lo mismo, comer con calma, degustando cada bocado y saboreando hasta la más mínima porción.

FUENTE: EL MUNDO