El otoño es tiempo de castañas

El calor se niega a irse pero aunque aún estemos en manca corta y sandalias ¡estamos en otoño! Y en otoño hay ¡castañas! Descubre todas las cualidades de este fruto seco y las posibilidades que te ofrece en la cocina. En otoño las castañas están en su mejor momento.

El aroma de las castañas asadas en las calles anuncia la llegada del frío. ¡No es fácil resistirse! Nos ayudan a entrar en calor y están exquisitas pero además, ofrecen múltiples posibilidades.

Consejos de compra

La parte comestible de la castaña es realmente la semilla que aparece encerrada en el fruto, una envoltura espinosa. Están recubiertas de una piel fina de color pardo y una cáscara dura y brillante. En el mercado encontramos castañas crudas al natural desde el principio del otoño hasta el final del invierno, aunque envasadas al vacío, en conserva o congeladas es posible comprarlas durante todo el año. Si las compras frescas, es importante que te asegures de que están ‘sanas’: elígelas grandes, duras al tacto, pesadas y brillantes y comprueba que no tengan agujeritos, que indicarían que tienen gusano.

Conservarlas

Una vez en casa las puedes conservar las castañas durante varios meses siempre en un lugar fresco y seco y preferiblemente en una cesta mejor que en una bolsa de plástico porque se enmohecen. También se pueden guardar en la nevera, dentro del cajón de las verduras, pero aguantan menos tiempo.

Propiedades de las castañas

100 gramos de castañas contienen 2,6 gramos de grasa y aportan sólo 20 calorías. Son uno de los frutos secos menos calóricos. Se trata de un fruto seco muy rico en nutrientes, que aporta además hidratos de carbono y fibra y vitaminas del grupo B.

FUENTE: MÍA