El melocotón y la nectarina
El melocotón y la nectarina son frutas de verano con propiedades antioxidantes importantes, sobre todo si las consumimos con piel. Conviene que hayan madurado en el árbol y que sean de cultivo ecológico y cercano.
Propiedades nutricionales
El melocotón y la nectarina son unas de las frutas más dulces, pero menos calóricas (menos de 50 Kcal por 100 g de fruta), que existen, porque la mayor parte de su peso es agua (casi el 90 %). No contienen grasas y la mayoría de los hidratos de carbono que tienen están presentes en forma de fructosa, que se asimila más lentamente que otros azúcares simples. Tienen bastante fibra -principalmente si no les sacamos la piel-, y también vitaminas y minerales. El abanico de vitaminas hidrosolubles (C y grupo B) que encontramos es amplio, pero todas están en cantidades similares al resto de frutas; en cambio hay que destacar:
Vitamina A: su color amarillo-anaranjado nos indica un contenido elevado en carotenos, unas sustancias que el organismo se encarga de transformar en vitamina A, esencial para la vista, la piel, el pelo, las mucosas y el buen funcionamiento del sistema inmunitario. Además, los carotenos son unos antioxidantes muy potentes. La nectarina es ligeramente más rica en carotenos que el melocotón.
Potasio y magnesio: son frutas ricas en potasio, que es el mineral que participa en la regulación del balance de agua en el organismo, y también en la contracción del corazón y la transmisión del impulso nervioso. En cantidades más discretas también contienen magnesio, un mineral que se relaciona con el funcionamiento del intestino, los nervios y los músculos y, además, forma parte de los huesos y dientes, mejora la inmunidad y tiene unos efectos laxantes y calmantes suaves.
Selenio y zinc: el selenio es un antioxidante potente, protege el sistema cardiovascular, favorece el sistema inmunitario y está vinculado a la protección frente a ciertos tipos de cáncer. El zinc, además de ser un buen antioxidante, interviene en la maduración de los órganos reproductores y tiene un papel importante en la inmunidad.
Efectos sobre el organismo
Colerético y fáciles de digerir: el melocotón y la nectarina son frutas poco pesadas para el estómago, ayudan al hígado a realizar los procesos digestivos, porque incrementan la producción de bilis -el llamado efecto colerético-, y favorecen la digestión de las grasas. Son de mucha utilidad en los procesos de insuficiencia biliar.
Protección contra el envejecimiento y el cáncer: contienen ácidos fenólicos, que son unas sustancias con un efecto antioxidante muy potente, incluso superior al de la vitamina C o los carotenos. Estos ácidos neutralizan la acción de los radicales libres que causan los procesos de envejecimiento del cuerpo, como el riesgo cardiovascular, las enfermedades degenerativas y el cáncer (especialmente el de pulmón).
Recomendables para personas con hipertensión o problemas cardiovasculares: como contienen mucho potasio y poco sodio, resultan muy recomendables para las personas que sufren de hipertensión o problemas de corazón. Sin embargo, las personas con insuficiencia renal que deben hacer dietas de control del potasio deben tener cuidado y no abusar de su consumo.
Alerta sobre el potencial alergénico de los melocotones: el doctor Juan Bartra nos prevenía en una entrevista para Etselquemenges que la alergia a los melocotones es la más habitual en las personas adultas.
Cambios vitales
Los cambios vitales que propicia esta fruta según la medicina tradicional china están vinculados a su naturaleza térmica, de carácter marcadamente enfriador; su sabor dulce con un punto ácido es reconstituyente de los fluidos del cuerpo. Hidrata los pulmones y los intestinos, se utiliza para tratar la tos seca y las condiciones de sequedad en los pulmones y reduce la hipertensión arterial.
La calidad ligeramente ácida del melocotón le confiere propiedades astringentes, y tiende a limitar la transpiración.
Uno de los cuidados de la piel para hidratarla se hace con una cataplasma de melocotón fresco que se aplica sobre el rostro y se deja secar; luego se enjuaga y se seca ligeramente la cara.
FUENTE: SOY COMO COMO