Las sociedades médicas y científicas advierten contra el consumo indiscriminado de suplementos vitamínicos, empujado por la covid
Las sociedades científicas han pasado en unos meses de advertir sobre la deficiencia de vitamina D en la población a alertar sobre el abuso y uso indiscriminado de suplementos que se ofertan para corregir el déficit. Empujados por la covid, estos productos, que se anuncian en tiendas y páginas de internet como refuerzo del sistema inmunitario. Pero todas las asociaciones médicas advierten de los peligros del consumo indiscriminado, de la ausencia de pruebas que hagan necesario un cribado masivo de los niveles de vitamina D, de la falta de un indicador universal de concentraciones adecuadas y del riesgo de automedicación.
La demanda de análisis para conocer los niveles de vitamina D ha llevado al Grupo de Trabajo de Servicios Preventivos de Estados Unidos a publicar una declaración en la que concluyen: “No hay una evidencia general sobre los beneficios de la detección de deficiencia de vitamina D. Por lo tanto, no se puede determinar el equilibrio entre los beneficios y los daños de la detección de déficit de esta en adultos asintomáticos”.
El consumo excesivo de cualquier nutriente, incluso de uno tan neutro como el agua, puede tener consecuencias perjudiciales
En cualquier caso, tanto los endocrinos como las sociedades médicas advierten de que la determinación de los niveles adecuados y la prescripción de suplementos o tratamientos tienen que venir determinados por especialistas porque “el consumo excesivo de cualquier nutriente, incluso de uno tan neutro como el agua, puede tener consecuencias perjudiciales”.
Efectos adversos
Los Institutos Nacionales de Salud de EE UU (NIH, por sus siglas en inglés) lo confirman: “El consumo excesivo de vitamina D puede ser nocivo. Las concentraciones demasiado elevadas en la sangre (superiores a 150 ng/mL) pueden causar náuseas, vómitos, debilidad muscular, confusión, dolor, pérdida del apetito, deshidratación, micción y sed excesivas, cálculos renales, insuficiencia renal, arritmia y hasta la muerte”.
Estos efectos adversos tienen un origen principal, según los NIH: “Los niveles elevados de vitamina D se deben casi siempre a su consumo en cantidades excesivas a través de suplementos dietéticos”.
Las concentraciones de vitamina D demasiado elevadas en la sangre se deben casi siempre a su consumo en cantidades excesivas a través de suplementos dietéticos y pueden causar desde insuficiencia renal y arritmia hasta la muerte
La asimilación de la mal llamada vitamina D, ya que es una hormona, se produce por síntesis cutánea gracias a la radiación solar (80%) y la dieta (20%). Estas fuentes pueden no ser suficientes en determinados casos para poblaciones que habitan en zonas con poca insolación o que presentan factores de riesgo. Pero solo un especialista puede determinarlo y no puede corregirse con el autoconsumo de suplementos. Quesada Gómez, que ha sido presidente de la Sociedad Española de Investigación Ósea y Metabolismo Mineral, lo simplifica con un ilustrativo ejemplo para explicar la razón: “No todo lo que llega al hígado se transforma en calcifediol, el sustrato, la materia prima que genera la vitamina D. Es como un japonés con el bolsillo lleno de yenes en Madrid: si no los cambia, no podrá tomarse ni una caña”.
Vitamina D y covid
Pese a todas las advertencias, que llevó a la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios a publicar una nota para evitar casos graves de hipercalcemia en pediatría y en pacientes adultos debidos a sobredosificación, el consumo de suplementos sigue creciendo y la razón es la covid. La vitamina D refuerza el sistema inmune, por lo que una deducción simple, pero equivocada, ha sido el detonante: a mayor consumo de productos que la incluyan, mayor capacidad de defensa del organismo frente al coronavirus.
Pero no es tan simple. La generación de vitamina D requiere una biotransformación previa y esta se consigue por una prohormona que actúa de precursor para alcanzar los niveles necesarios que contribuyen a una mejor respuesta frente a la covid. Es el calcifediol, que se produce en el hígado por una reacción química (hidroxilación de la vitamina D3) gracias a una enzima, una molécula orgánica que actúa de catalizador.
FUENTE: EL PAIS