¿Pan de molde bajo en grasas? Así nos engañan en el súper los procesados que se hacen pasar por sanos

Este año se cumplen seis décadas desde que abrió en España el primer supermercado privado. Son sesenta años en los que la cultura de los alimentos procesados no ha dejado de ganar terreno. Su éxito es indiscutible, pero ahora comienzan a utilizar reclamos saludables que alcanzan cotas hilarantes y preocupantes, a partes iguales. Uno puede encontrar agua «baja en calorías», batidos de chocolate específicos para mujeres embarazadas -como si beber azúcar fuese justo lo que necesitan-, envases de leche ofrecidos como «fibra natural»… Todo es posible en el mundo de los procesados, pero nada es comida real, la que reivindica el dietista-nutricionista Carlos Ríos, quien nos abre los ojos para que distingamos la diferencia entre llenar los bolsillos de la industria y cuidar nuestra salud.

Según el creador del movimiento Realfooding, que invita a dividir los alimentos entre los de toda la vida y los procesados, «prácticamente el 80% de la oferta del supermercado es de estos últimos, y casi el 70% son ultraprocesados», unos productos que fomentan el desarrollo de enfermedades no transmisibles como las cardiovasculares, la obesidad y la diabetes tipo 2.

¿Multifrutas o agua con sabor ‘baja en calorías’?

Cuando hagas la compra, en algún rincón del lineal, junto al agua mineral, te espera una botella que parece agua y que lleva el curioso reclamo de «bajo en calorías». Es como para pararse a indagar. Si lo haces, al ver el logotipo de la conocida marca que produce la bebida, primero pensarás que la botella está llena del incoloro, inodoro e insípido líquido, pero luego repararás en la etiqueta y verás que estás frente a un «Multifrutas».Solo el 16% del contenido es zumo de naranja, un volumen que se suma al 3% de zanahoria y al 1% de limón, a partir de concentrados. Poca fruta, mucha agua (alrededor del 80%)… y jarabe de fructosa. «Azúcar añadido, es una bebida azucarada»,  «Sería un ultraprocesado que te están vendiendo como saludable», opina.

Es cierto que la composición de esta bebida refrescante no excede los 10 gramos de azúcar por cada 100 gramos de producto, pero ¿qué necesidad hay de endulzar el agua?

Salsa barbacoa «cero», sin azúcares y sin la más mínima inocencia

Una salsa barbacoa sin azucares añadidos es posible, pero ¿la inversión para comercializarla sería rentable? Probablemente no. Como bien dice el envase de una conocida marca, la salsa «sin azúcares añadidos» mantiene el 100% del sabor, y eso solo es posible gracias a los edulcorantes con los que los fabricantes han sustituido al azúcar, que tampoco es que adelgacen. El problema de este producto es que, «si es para echárselo a cualquier comida, con la intención de darle ese sabor dulce, estás alterando tu paladar», O sea, que la salsa sin azúcar abre la puerta a una interminable miríada de alimentos procesados que destacan por su contenido en azúcares añadidos.

Además, el edulcorante empleado en este producto es la sucralosa, «que se ha visto que puede alterar la microbiota, la bacterias que están en el colon y que son beneficiosas», indica el experto. Mejor optar por una salsa de tomate con aceite de oliva virgen extra y echar unas pocas cucharadas en cada plato (siempre que no te animes tú mismo a triturar el tomate y darle tu toque personal, lo que es sinónimo de no perder las buenas costumbres.

¿»Fibra natural»?, ¿pero esto no es leche?

Es la propuesta de una importante marca que destaca «fibra natural» en su envase. Más abajo, con letras mucho más pequeñas, se indica que el producto contiene leche semidesnatada y un 4% de fibra alimentaria, algo que uno solo intuye por la foto de las vacas y el archiconocido logotipo de la marca que comercializa el producto. «No es que la fibra añadida a la leche sea mala, pero no es tan beneficiosa como la que está presente de forma natural en una manzana porque los alimentos funcionan en su estado natural, no en las creaciones nuevas que nosotros hacemos». Por otra parte, subraya que la leche, entera o semidesnatada, es suficientemente buena;

Mayonesa para «cuidar el colesterol», ¿quién da más?

Curioso reclamo para vender la salsa que surge de la unión del aceite y el huevo, el que una conocida marca de mayonesa pone en su etiqueta con la supuesta intención de darnos un empujón hacia un producto que califica de vegano. «Contiene omega 3 del aceite de nabina -que es la semilla del nabo», dice Ríos, tras consultar la etiqueta.

«En realidad, es beneficioso cuando viene de aceite virgen no procesado, lo que pasa es que cuando se añade a este ultraprocesado van a seguir usando el mismo reclamo de que ayuda a los niveles normales de colesterol»,

Pan de molde con «bajo contenido de grasa», la risión de los panaderos

«A un panadero tradicional le daría la risa porque el pan tradicional no lleva azúcar ni grasas añadidos, por lo tanto es una tontería recalcar que tiene cero por ciento azúcares añadidos y es bajo en materia grasa», asegura el experto. Sin embargo, es lo que anuncia el reclamo del pan de molde de una gran marca de bollería, presente en todos los supermercados.

«Aunque no lleve azúcar añadido, la harina de este producto tiene una digestión superrápida, la glucosa que forma parte del almidón de la harina -muy refinada- va a pasar muy rápido a la sangre y el efecto es muy parecido al del azúcar añadido»,«Te va a dar más hambre, te va a saciar muy poco, te va a aportar muy poco valor nutricional, y la harina blanca se ha relacionado con el sobrepeso y la obesidad».

FUENTE: EL PAIS