De temporada, fresco, congelado o en conserva. El pescado es un alimento importante en una dieta equilibrada. Por eso te contamos todos sus beneficios y te ofrecemos un montón de trucos para incorporarlo a tus platos. Así también conseguirás que los pequeños de la casa lo coman con gusto
Junto a las frutas y verduras, el pescado es una de las piedras angulares de la dieta mediterránea. Los expertos en nutrición coinciden en que se trata de un alimento fundamental para mantener una alimentación equilibrada y cardiosaludable, por distintos motivos. Por un lado, su consumo aporta a nuestro organismo proteínas de alto valor biológico y grasas de buena calidad, además de vitaminas (B3 y B12, entre otras), potasio, fósforo, yodo, selenio y sales naturales. Sin olvidar que es relativamente bajo en calorías y fácil de digerir. Beneficios para toda la familia en cualquiera de sus formas: azul o blanco, pero además de fresco, también congelado o incluso en conserva.
Asimismo, las proteínas del pescado contienen todos los aminoácidos esenciales que necesita el organismo. Esto es especialmente importante durante el crecimiento y el desarrollo corporal que tienen lugar en la infancia y la adolescencia, pero también en la edad adulta y en la vejez. Al fin y al cabo, es un alimento muy importante en la dieta, recomendable para todas las edades.
Lo aconsejable es comer entre dos y cuatro raciones semanales. La clave pasa por aprovechar los pescados de temporada y disfrutar de su sabor en la mesa. Su oferta es amplia, por lo que siempre tendremos la oportunidad de probar distintas especies y cocinarlas de manera diferente para apreciar todos sus matices.
Ideas para evitar el ‘drama’ en la mesa
Los datos demuestran que en España nos gusta comer pescado. Pese a todo, muchos niños y niñas ponen mala cara cuando se enfrentan a él. Por un lado, les resulta monótono y aburrido, ya que por lo general lo solemos cocinar siempre de la misma manera (frito, rebozado o empanado). A muchos peques tampoco les gusta su sabor, que consideran demasiado fuerte, sobre todo el de los pescados azules. Y las espinas no ayudan, ya que los padres tienen miedo a que sus hijos se las traguen o se atraganten con ellas. Para evitar estos malos momentos en la mesa, y con el fin de que los niños se acostumbren a comer (y a disfrutar) este alimento, existen muchos trucos para introducirlo en su dieta.
Compra el pescado en filetes o lomos –en lugar de en rodajas–, pues son cortes con menos espinas. También puedes comprarlo congelado, para tenerlo siempre a mano, ya que la oferta es amplia. Una buena idea para darle un sabor diferente y que nuestros hijos aprendan a comerlo es macerar su carne con limón, aceite y hierbas aromáticas, y acompañarlo de salsas diversas y de guarniciones de verduras, patatas o arroz. Además, se puede cocinar de muchísimas formas (al horno, en papillote, en escabeche…) para que resulte menos aburrido y más apetecible. Algunas ideas: empanadillas, croquetas, buñuelos, albóndigas, flanes de pescado, en tortilla, relleno… Con una pizca de ingenio, tenemos mucho ganado.
Las conservas de pescado son otra opción para hacer más variada la dieta de los más pequeños, y se pueden añadir a ensaladas, pizzas o empanadas. También son perfectas para elaborar bocadillos (de atún, de anchoas o de sardinas) o como ingrediente de platos de arroz o pasta (macarrones, canelones, lasaña…).
Generalmente, su digestión es ligera, por lo que muchos adolescentes pueden tener hambre a las pocas horas de comerlo. Para acabar con esa sensación de estómago vacío, es suficiente con añadir otros ingredientes al cocinarlo, como las guarniciones mencionadas anteriormente. Más sencillo, imposible.
Buen aliado contra la obesidad infantil
Es importante ofrecer a nuestros hijos, desde muy pronto, una dieta variada que incluya pescado. Así educaremos su gusto, será más fácil que acepten un mayor número de alimentos y ayudaremos a prevenir la obesidad infantil. Según los últimos datos, procedentes del estudio Aladino 2019, un 40% de los niños españoles de entre seis y nueve años tiene exceso de peso.
FUENTE: EL PAIS